Por: Paul Alberto Chávez Noriega
Un día después de la jornada electoral más grande en la historia del país, en Michoacán las cosas no salieron como esperaban para los que dicen dirigir al estado.
Y es que el plan amarillo parecía un hecho, salidas del gobierno para buscar diputaciones, alfiles que serían piezas clave en el congreso del estado, pero lo que no contaban los super asesores de la estrategia perredista fue con el poder de la ola morenista.
Un gobernador poco obedecido por su gente, funcionarios que simulan trabajo quedaron evidenciados, caso particular de Julieta López, quien desde la CGCS armó, operó y trabajo la campaña a la diputación federal de Edna Díaz, no le alcanzó el poder operador y golpeador que tiene en su coordinación, lo tonto se paga aparte y no es lo mismo simular un buen desempeño a ganar una campaña.
Los intentos de guerra sucia para varios candidatos de Morena, el poder de influir en ciertos medios de comunicación, no bastaron para que Julieta diera buenas cuentas a su jefe, dejó escapar lo que podría ser su última oportunidad para congraciarse con el Gobernador del estado.
Esta elección, debe de convertirse en una cubetada de agua con hielo para Silvano Aureoles, despierte señor gobernador, su círculo cercano le dice puras pinches mentiras.
Edna perdió a pesar de que era candidata del frente, perdió por un voto diferido, porque no supo hacer campaña, porque sus asesores estuvieron concentrados en los negocios que hacen desde el gobierno y no pusieron atención donde debían, una candidata que inicia campaña con un mes de retraso, desconocida entre el grueso de la población, que solo atendía los eventos del candidato a presidente municipal no puede lograr la victoria. A Edna le faltó pueblo, le faltó caminar las calles de su distrito, le faltó ganarse los saludos, los aplausos y sobre todo los reclamos de los ciudadanos, pero sobre todo le faltó sacudirse a Julieta López como su asesora, ojalá lo entienda Silvano Aureoles y lo concrete.
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